viernes, 20 de marzo de 2009

Temporizadores

Un temporizador es un relé en el cual sus contactos no conmutan inmediatamente después que su bobina es energizada; antes bien, hay un lapso de tiempo programable entre uno y otro evento llamado retardo.


Este retardo puede ser:

  1. A la conexión. Los contactos se hallan desactivados (abiertos) y después de ser energizada la bobina transcurre el retardo y los contactos se cierran. Cuando la bobina es desenergizada los contactos vuelven nuevamente a su posición de reposo pero de manera inmediata.
  2. A la desconexión. En este caso, los contactos se hallan desactivados (abiertos), pero al energizar la bobina se cierran inmediatamente; al terminar el retardo se abren nuevamente. Al desenergizar la bobina no ocurre nada en los contactos puesto que ya se han desenergizado.
En realidad no hay tal bobina en este tipo de dispositivos, dado que se construyen hoy en día con dispositivos electrónicos. Más bien se trata de las terminales A1 y A2 que internamente proporcionan la alimentación a la circuitería y se les denomina de ese modo para no perder la compatibilidad con los relés comunes en los diagramas de escalera.



Temporizador electromecánico antigüo

Anteriormente al desarrollo de la circuitería electrónica integrada, se empleaban pequeños motores sincrónicos de 110V ó 22o V cuya velocidad era reducida mediante un juego de engranajes y la conmutación de los contactos era efectuada mediante una leva. Algo muy parecido a los relojes de las lavadoras automáticas con perilla de programación.

Temporizador electrónico moderno





Los relés temporizadores son empleados actualmente en muchos procesos, ya que se les puede encontrar en la industria, pero también en otros ámbitos como el automotriz y el hogar. Por ejemplo, el temporizador que permite espaciar las oscilaciones de los limpiabrisas durante una lluvia ligera, ya que después de las primeras pasadas las plumas frotarían sobre un cristal prácticamente seco, rayándolo. La temporización de este evento alarga la vida del parabrisas y del motor que impulsa los limpiadores.

Por otra parte, en el hogar se aplican para gobernar el encendido de las luces del jardín programando intervalos apagado-encendido automáticos. El aporte beneficioso en un proceso así se traduce en un consecuente ahorro de energía eléctrica y una extensión del tiempo de vida de las luminarias.

Baste citar otro ejemplo de las ventajas de la temporización y ese sería la función SLEEP contenida en muchísimos aparatos electrónicos del hogar como televisores, radiorreceptores y reproductores de audio. En todos los casos se busca minimizar el desperdicio de energía y alargar la vida útil de los aparatos.

En cada caso serán temporizadores que pueden ser con retardo a la conexión o a la desconexión, según se trate. Por ejemplo, la programación del reloj de tiempo real del televisor para que se encienda a determinada hora sería un temporizador con retardo a la conexión, mientras que el apagado de las luces interiores de un vehículo a posteriori al cierre de sus puertas, revela la aplicación de un temporizador con retardo a la desconexión.

En la industria, estos ciclos de tiempo a la conexión o desconexión permiten controlar espacios de retardos adecuados para ciertos procesos. Por ejemplo, cuando una pieza es pintada se emplea un tiempo para lograr el secado completo de la pintura, o bien, si se controla el flujo de líquido a través de una boquilla que llena unas botellas, se puede especificar el tiempo preciso que necesita para que cada botella sea llenada, aunque en este último ejemplo sea más adecuado utilizar sensores que detecten cuando la botella se llene, dado que cualquier cambio significativo en la densidad del líquido haría que algunas botellas se desbordaran y otras quedaran con un nivel inferior al deseado.

La temporización pues, forma parte de casi cualquier proceso industrial. En toda aquella actividad fabril siempre habrá tiempos qué medir para permitir el proceso subsecuente (o terminar el anterior).

Podríamos decir que toda nuestra vida se rige por tiempos: tenemos un horario para cada una de nuestras actividades y ese horario es regido de manera voluntaria por nuestro reloj y nuestra conciencia. Por otro lado existe un reloj biológico que es el que involuntariamente nos sugiere "que ya hace hambre" o que necesitamos descansar.

Luego entonces no podemos despegarnos del concepto "tiempo" en casi ningún aspecto práctico al estar inmersos en esta dinámica de eventos que es la vida, ya sea personal o colectiva, doméstica o industrial. Siempre necesitaremos de esos temporizadores para apoyarnos y lograr la consecución de los objetivos dentro de un proceso determinado.

Pasemos al planteamiento de nuestra primera práctica con temporizadores.

Tenemos un botón de arranque y uno de paro, desde luego. Al pulsar el botón de arranque, transcurren 15 segundos y se enciende la lámpara L1. Pasan otros 15 segundos y se apaga dicha lámpara.

Dado que se maneja un temporizador para encender la lámpara y otro para que se apague requeriremos dos de ellos (aunque nada impide que ingeniándoselas sólo utilicemos uno). Además emplearemos una botonera, un socket, un foco, cables, un relevador para el autoenergizado, destornillador.

La tarea es:

  1. Hacer el diagrama de estados, partiendo del planteamiento expuesto.

  2. Hacer el diagrama de escalera.

  3. Armar el circuito en el laboratorio y presentarlo.

  4. Elaborar el reporte y entregarlo hasta una semana después.

Cualquier duda, estoy a sus órdenes.

3 comentarios:

  1. Muchas gracias, Txemita. Estamos seguros que tu contribución será de mucha utilidad para la comunidad de automatismos CULAGOS.
    Un saludo.

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  2. gracias xemaaaa me sera de utilidad en el ejercicio final de automatismos

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  3. cuales son las aplicaciones del temporizador?

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